El concepto nace de la recuperación y reinterpretación del logo antiguo de la firma, la flor. La flor se convierte en el elemento que distribuye el espacio y que genera su nueva identidad afin con el target de la marca, una mujer amichi es fresca y natural., independiente, que valora su tiempo y la amistad.

 

La flor nos ayuda a zonificar la planta por colecciones, y con los pétalos se diseñan los diferentes tipos de mobiliario.

En el fondo de la tienda encontramos el espacio dedicado a la amistad, donde se ubica un probador virtual y un columpio con una cámara conectada a redes sociales, ya que la mujer amichi está a la última en tecnología.

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Se repira un ambiente alegre y juvenil a la vez que natual y orgánico, lográndolo con el conjunto de la iluminación, los colores, los materiales y el mobiliario utilizado.